Florencio Randazzo busca su espacio en un escenario que aparece más polarizado que nunca. Sus charlas con «desencantados» y vecinalistas.
El exministro del Interior y Transporte de Cristina Fernández de Kirchner, Florencio Randazzo, vuelve a asomar como una alternativa para las elecciones legislativas, en un escenario fuertemente polarizado entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. A pesar de su acercamiento inicial a Alberto Fernández, se muestra desencantado y apuesta a repavimentar la “ancha avenida del medio” que supo abrir Sergio Massa.
La historia nunca confirmada dirá que aquella foto en Chivilcoy, de cara a las generales de octubre de 2019, se chocó de frente contra un veto del kirchnerismo que lo dejó sin la posibilidad de asumir como embajador en Uruguay, el cargo que ambicionaba.
En marzo reapareció con críticas a Fernández. “Es un presidente sin poder”, dijo. Los dirigentes que caminan la Provincia por él sostienen ese diagnóstico. “La sociedad creyó que la expresidente (por Cristina Fernández de Kirchner) estaba teniendo un gesto de grandeza y apoyando a alguien que podía llegar a unir a los argentinos, pero termino siendo exactamente lo mismo y defraudando la figura del Presidente”, declaró Ariel Franetovich, entrevistado en LADO P.
Ariel Franetovich adelantó que Randazzo será candidato en estas elecciones
Franetovich fue dos veces intendente de Chivilcoy, ministros de Asuntos Agrarios y funcionario de Transporte junto a Randazzo, durante el último gobierno de CFK. Hoy camina la Provincia y reúne a dirigentes que se muestran “desencantados” con los dos polos que acaparan el debate político en la Argentina.
Desde ese lugar se anima a anticipar que Florencio Randazzo será candidato dentro de un espacio nuevo en las elecciones legislativas de este año, en una parada intermedia hacia las presidenciales de 2023. “Va a representar seguramente a la provincia de Buenos Aires en un proyecto más amplio pensando en 2023”, señaló. “Estoy convencido de que va a participar”, agregó.
REPAVIMENTAR LA AVENIDA DEL MEDIO
Como no se puede ir a la guerra sin ejército, Florencio Randazzo se dio a la tarea de reclutar soldados. En primer lugar, mantuvo su alianza “gestual” con Roberto Lavagna, junto a quien se dejó retratar en marzo. “Hablan mucho, también sus equipos”, sostienen cerca del hombre de Chivilcoy.
Lavagna capitanea un espacio minoritario pero sólido en el Congreso de la Nación. Lo acompañan, entre otros, Graciela Camaño y Alejandro «Topo» Rodríguez, que suelen votar con criterio propio leyes decisivas. A veces, coinciden con el Gobierno, a veces no.
También tejió puentes con el exintendente de Mar del Plata, Gustavo Pulti, que tiene ascendencia sobre una parte del vecinalismo bonaerense. Pulti, como Randazzo, se quedó sin lugar dentro del Frente de Todos. Y últimamente sumó a las conversaciones a Jorge Ceballos, que se quedó con la parte no kirchnerista de Libres del Sur.
La intención es repavimentar la ancha avenida del medio que supo construir desde 2013 Sergio Massa, con quien Randazzo conversó antes de las elecciones de 2019. Franetovich muestra una postura crítica respecto del posicionamiento actual del presidente de la Cámara de Diputados y asegura que conversa con dirigentes que ya “no comparten el espacio, porque el dirigente que lideraba el camino del medio volvió al oficialismo”.
Ese mismo mensaje “baja” durante las conversaciones por zoom que mantiene con dirigentes “sueltos” de toda la Provincia. “Nos hablo de una avenida del medio muy amplia, con lugar para todos. Nos invito a formar parte de ser pioneros de este espacio”, le dijo a INFOCIELO un dirigente que fue convocado junto a otros 80 vecinalistas a una videoconferencia, hace una semana.
Pero el randazzismo 2.0 no sólo se alimenta de desprendimientos del Frente de Todos. También parecen avanzadas las conversaciones con Joaquín De la Torre, quien parece haber abandonado definitivamente la idea de construir la «pata peronista» del PRO.
Randazzo es una de las pocas figuritas que faltan en el álbum de Joaquín, que ya supo abrazarse al kirchnerismo a través de Amado Boudou, a Sergio Massa en los albores del Frente Renovador y a María Eugenia Vidal durante el gobierno de Cambiemos.
«Yo era soldado de María Eugenia y le debo un montón, pero ahora quiere jugar en Capital», suele confiar a sus interlocutores políticos, para hablar de cómo se liberó de su último juramento de lealtad.
Por Eduardo Médici para Infocielo
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